1. Diagnóstico inicial
El análisis preliminar revela que la organización enfrenta ineficiencia operativa, duplicidad de funciones, baja productividad y una marcada desarticulación entre áreas. Estos problemas sugieren ausencia de procesos estandarizados, falta de comunicación transversal y una estructura jerárquica poco flexible que limita la coordinación y el aprovechamiento de recursos.
2. Marco de análisis
Para abordar el caso se utilizarán dos enfoques complementarios:
- Análisis organizacional basado en procesos (BPM): permite identificar flujos de trabajo, redundancias y cuellos de botella.
- Modelo de las 7S de McKinsey: útil para evaluar la alineación entre estrategia, estructura, sistemas, estilo de liderazgo, personal, habilidades y valores compartidos.
Este marco asegura una visión integral que combina la eficiencia operativa con la cultura organizacional.
3. Propuesta metodológica
La estrategia de intervención se plantea en cuatro fases:
- Fase 1: Diagnóstico profundo
- Mapear procesos clave y roles actuales.
- Identificar duplicidades y actividades sin valor agregado.
- Levantar indicadores de productividad y comunicación interdepartamental.
- Fase 2: Rediseño organizacional
- Definir una estructura más ágil, con roles claros y responsabilidades delimitadas.
- Implementar procesos estandarizados y automatizados donde sea posible.
- Crear mecanismos de coordinación interáreas (comités, plataformas digitales, KPIs compartidos).
- Fase 3: Implementación gradual
- Capacitación del personal en nuevas funciones y herramientas.
- Comunicación interna clara para reducir resistencia al cambio.
- Pilotos en áreas críticas antes de escalar la estrategia.
- Fase 4: Monitoreo y ajuste
- Establecer indicadores de desempeño (eficiencia, productividad, satisfacción interna).
- Revisiones periódicas para ajustar la estrategia según resultados.
4. Evaluación de impacto
La estrategia busca generar beneficios tangibles:
- Corto plazo: reducción de duplicidades, mayor claridad en roles y procesos.
- Mediano plazo: incremento en la productividad y mejor coordinación entre áreas.
- Largo plazo: consolidación de una cultura organizacional orientada a la eficiencia, innovación y colaboración.
La evaluación se realizará mediante métricas como:
- Tiempo promedio de ejecución de procesos.
- Nivel de cumplimiento de objetivos por área.
- Encuestas de satisfacción interna
- Indicadores financieros de eficiencia operativa.