El primer paso antes de una reestructura es comprender la situación actual. Partiendo de la hipótesis de los problemas de eficiencia, duplicidad, baja productividad y desarticulación son síntomas de causas más profundas.
Donde se combinarán metodologías estructuradas con habilidades clave de consultoría para garantizar una transformación efectiva y sostenible.
Diagnóstico inicial
Se identifican causas raíz de ineficiencia, duplicidad y desarticulación, con un enfoque de pensamiento crítico y análisis de datos donde podemos aplicar un diagrama de Ishikawa o un 5 Porqués.
Contar con habilidades de escucha activa, confidencialidad y ética profesional para crear un entorno de confianza.
Marco de análisis
Para un análisis integral, emplearemos un marco que integra y potencia el uso de nuestras habilidades técnicas y analíticas.
Utilizando herramientas como análisis de flujo de valor las cuales nos ayudaran a mapear todos los pasos de principio a fin en los procesos críticos. El modelo 7S de McKinsey para identificar elementos internos interconectados (estrategia, estructura, sistemas, estilo de dirección, personal, habilidades y valores compartidos), este marco es ideal para identificar desalineaciones. Análisis FODA para contextualizar los hallazgos internos y externos, asegurando que la reestructuración fortalezca la competitividad.
Propuesta metodológica
Proponemos una metodología en cuatro fases, donde las habilidades interpersonales y la responsabilidad profesional serán el motor de la ejecución.
Fase 1: Descubrimiento y diagnóstico donde nos apoyaremos con entrevistas, encuestas y mapeo de procesos. La habilidad clave para el manejo de conflictos será el mediador neutral y análisis de datos cuantitativos y cualitativos para obtener una visión robusta y objetiva.
Fase 2: Diseño de la organización por medio de actividades clave como talleres de diseño de estructura, de procesos y matrices RACI. Donde se dará uso de negociación para facilitar acuerdos entre áreas con visión contrapuestas aplicando el modelo Harvard, así como el pensamiento crítico para la resolución de problemas utilizando múltiples alternativas de diseño evaluando mediante matrices de priorización con criterios de viabilidad, costo e impacto y cultura.
Fase 3: Planificación con el desarrollo del plan de transición y gestión del cambio y talento, donde las habilidades se basan en la responsabilidad profesional con el diseño de planes realistas y éticos, y la comunicación con una estrategia clara para anunciar cambios, gestionar expectativas y reducir la incertidumbre.
Fase 4: Implementación con la ejecución piloto, ajustes y escala controlada. Donde se va a gestionar el proyecto usando un enfoque por medio de fases (IPMEC), gestionando los riesgos y asegurando la calidad del proyecto, además del manejo de conflicto y negociación, interviniendo de forma ágil y facilitando el dialogo.
Evaluación de impacto
La evaluación será un proceso continuo que demuestra nuestra responsabilidad profesional y nuestro compromiso con el impacto tangible. No solo mediremos resultados, sino que analizaremos la causalidad, se utilizarán métricas de eficiencia con KPIs de productividad (ingresos/empleado) y colaboración.
Seremos totalmente transparentes en la presentación de resultados, mostrando tanto los éxitos como las áreas de oportunidad. Rendiremos cuentas de los resultados del proyecto, asumiendo la responsabilidad de nuestro trabajo y proponiendo ajustes si los impactos no son los esperados.