Antecedentes:
Un cliente corporativo ha solicitado apoyo en el diseño de una estrategia de reestructuración organizacional. Los motivos principales son fallas en la eficiencia operativa, duplicidad de funciones, baja productividad y desarticulación entre áreas.
Por lo anterior, se presentan los siguientes elementos que apoyan a la solución de la estrategia de reestructuración organizacional.
Diagnóstico inicial
- Eficiencia operativa deficiente: Procesos redundantes y falta de estandarización que generan retrasos y costos innecesarios.
- Duplicidad de funciones: Roles y responsabilidades poco claros provocan solapamientos, conflictos internos y desperdicio de recursos.
- Baja productividad: Ausencia de indicadores de desempeño y sistemas de incentivos alineados con objetivos estratégicos.
- Desarticulación entre áreas: Comunicación fragmentada y falta de coordinación transversal impiden sinergias y afectan la toma de decisiones.
Este diagnóstico sugiere que el problema no es únicamente operativo, sino también estructural y cultural, lo que requiere una intervención integral.
Marco de análisis
Se utilizarán enfoques combinados para comprender la situación:
- Análisis organizacional: Revisión de organigrama, funciones y procesos clave.
- Benchmarking sectorial: Comparación con prácticas de empresas similares para identificar brechas.
- Modelo de las 7´S de McKinsey: Evaluar coherencia entre estrategia, estructura, sistemas, estilo de liderazgo, personal, habilidades y valores compartidos.
- Mapa de procesos críticos: Identificación de flujos de trabajo que impactan directamente en la productividad y eficiencia.
Este marco permite integrar tanto la dimensión formal (estructura, procesos) como la informal (cultura, liderazgo).
Propuesta metodológica
- Fase de diagnóstico profundo.
- Entrevistas con directivos y empleados.
- Encuestas de clima organizacional.
- Auditoría de procesos y roles.
- Diseño de la nueva estructura.
- Eliminación de duplicidades mediante redefinición de puestos.
- Creación de unidades transversales para mejorar la coordinación.
- Implementación de un sistema de indicadores (KPIs) alineados a objetivos estratégicos.
- Comunicación clara y transparente sobre la reestructuración.
- Programas de capacitación para nuevas funciones y procesos.
- Plan de incentivos para reforzar la adopción del cambio.
- Pilotos en áreas críticas antes de escalar a toda la organización.
- Monitoreo continuo con retroalimentación de empleados.
Evaluación de impacto
- Corto plazo (3-6 meses):
- Reducción de costos operativos por eliminación de duplicidades.
- Mejora en la coordinación interdepartamental.
- Mediano plazo (6-12 meses):
- Incremento en productividad medido por KPIs.
- Mayor satisfacción laboral reflejada en encuestas de clima.
- Largo plazo (12-24 meses):
- Consolidación de una cultura organizacional orientada a resultados.
- Posicionamiento competitivo frente a empresas del sector.
La evaluación se realizará mediante un cuadro de mando integral (Balanced Scorecard) que permita medir impacto en cuatro dimensiones: financiera, clientes, procesos internos y aprendizaje organizacional.
Atentamente
Arturo Alba
Consultor