Hola, Cristian. Muchas gracias por tu lectura y por tu comentario.
Tu pregunta me parece muy buena, ¿Cómo tangibilizar el valor de esta intervención?
Dado que mi propuesta se basa en una metodología Ágil (Sprints), la medición de resultados tiene una ventaja enorme sobre el modelo tradicional: “listo, acabé el manual de organización, me tardé 5 semanas, ahora págame”, con una metodología ágil no nos esperamos al final para saber si funcionó, sino que medimos el impacto cada 2 o 3 semanas.
Para responderte puntualmente, yo mediría los resultados en tres niveles durante y al finalizar el proyecto:
1. Nivel de Ejecución: Utilizaría un gráfico de indique el quemado de tareas. Si en el diagnóstico (Fase 1) detectamos, por ejemplo, 15 puntos de duplicidad crítica, el éxito se mide por cuántos de esos puntos hemos eliminado al cierre de cada Sprint. Es una métrica binaria y objetiva: ¿El problema sigue existiendo o se eliminó? Y esto el cliente lo percibe como mejora y atención pronta.
2. Nivel de Adopción (La parte de métrica humana): Como mencioné en la propuesta, la tecnología y los manuales no sirven si no se usan. Aplicaría micro-encuestas de pulso al final de cada Sprint con preguntas sencillas como: "¿Tienes más claridad sobre tus funciones hoy que hace 2 semanas?". Si el porcentaje de respuestas afirmativas sube del Sprint 1 al Sprint 3, tenemos evidencia cuantitativa de la mejora en el clima y la claridad organizacional.
3. Nivel de Negocio (Eficiencia/retorno de la inversión): Finalmente, traduciría la "agilidad" a dinero o tiempo. Si antes un proceso de autorización tomaba 4 días y pasaba por 3 personas (duplicidad), y tras el Sprint 1 toma 1 día y pasa por 1 persona, hemos ahorrado 3 días de gestión. Al sumar esos ahorros al final del proyecto, podemos presentarle al cliente un retorno de inversión claro sobre la consultoría.
Espero con esto haber podido ayudar a esclarecer tu pregunta. ¡Saludos!
Tu pregunta me parece muy buena, ¿Cómo tangibilizar el valor de esta intervención?
Dado que mi propuesta se basa en una metodología Ágil (Sprints), la medición de resultados tiene una ventaja enorme sobre el modelo tradicional: “listo, acabé el manual de organización, me tardé 5 semanas, ahora págame”, con una metodología ágil no nos esperamos al final para saber si funcionó, sino que medimos el impacto cada 2 o 3 semanas.
Para responderte puntualmente, yo mediría los resultados en tres niveles durante y al finalizar el proyecto:
1. Nivel de Ejecución: Utilizaría un gráfico de indique el quemado de tareas. Si en el diagnóstico (Fase 1) detectamos, por ejemplo, 15 puntos de duplicidad crítica, el éxito se mide por cuántos de esos puntos hemos eliminado al cierre de cada Sprint. Es una métrica binaria y objetiva: ¿El problema sigue existiendo o se eliminó? Y esto el cliente lo percibe como mejora y atención pronta.
2. Nivel de Adopción (La parte de métrica humana): Como mencioné en la propuesta, la tecnología y los manuales no sirven si no se usan. Aplicaría micro-encuestas de pulso al final de cada Sprint con preguntas sencillas como: "¿Tienes más claridad sobre tus funciones hoy que hace 2 semanas?". Si el porcentaje de respuestas afirmativas sube del Sprint 1 al Sprint 3, tenemos evidencia cuantitativa de la mejora en el clima y la claridad organizacional.
3. Nivel de Negocio (Eficiencia/retorno de la inversión): Finalmente, traduciría la "agilidad" a dinero o tiempo. Si antes un proceso de autorización tomaba 4 días y pasaba por 3 personas (duplicidad), y tras el Sprint 1 toma 1 día y pasa por 1 persona, hemos ahorrado 3 días de gestión. Al sumar esos ahorros al final del proyecto, podemos presentarle al cliente un retorno de inversión claro sobre la consultoría.
Espero con esto haber podido ayudar a esclarecer tu pregunta. ¡Saludos!
