Las empresas que no se evalúan ni ajustan continuamente sus estrategias enfrentan riesgos de obsolescencia operativa y exclusión del mercado.
De no adaptarse, se produce la pérdida de la ventaja competitiva, ya que la competencia sí adoptará tecnologías como la IA. Esto también disminuye la capacidad de la empresa para responder a cambios abruptos del mercado, conduciendo al estancamiento. La falta de corrección de desviaciones puede impactar negativamente en el retorno de inversión (ROI).
Un sistema de monitoreo de Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) facilita decisiones oportunas al permitir la detección y análisis de las desviaciones respecto a los objetivos estratégicos. Los KPIs se deben rastrear de forma continua, permanente y activa (diaria, semanal, mensual) y al unificar los datos generados en los activos digitales, ofrecen una visión panorámica de la eficacia. Las conclusiones obtenidas obligan a la optimización y retroalimentación de las acciones realizadas, o a pivotar el enfoque estratégico si hay desvíos en el retorno de la inversión (ROI)