Dentro de la empresa mexicana de comercio electrónico LogixMarket la falta de evaluación y ajuste estratégico en tiempo real representa uno de los riesgos más críticos para cualquier empresa que opere en entornos digitales. Cuando una organización no monitorea su desempeño de manera constante, puede tardar demasiado en detectar caídas en ventas, fallas operativas o cambios en el comportamiento del cliente. Esto provoca pérdida de competitividad, incremento de costos y debilitamiento de la fidelidad de los usuarios. En el caso de LogixMarket, si no hubiera evaluado sus indicadores clave a tiempo, la disminución en la tasa de conversión y la insatisfacción postventa habrían continuado profundizándose, comprometiendo la estabilidad del negocio.
Otro riesgo importante es la incapacidad para adaptarse a los cambios del mercado digital, donde la competencia es intensa y las preferencias de los consumidores cambian rápidamente. Las empresas que no ajustan sus estrategias pueden perder oportunidades valiosas y quedar rezagadas frente a competidores más ágiles. En este sentido, un sistema de monitoreo basado en KPIs, como el Balanced Scorecard, facilita decisiones oportunas al proporcionar datos claros, medibles y comparables sobre las áreas más críticas del negocio.
Desde mi reflexión personal, considero que los KPIs funcionan como una “brújula estratégica”. Permiten ver con objetividad qué funciona, qué debe corregirse y dónde están las oportunidades reales de mejora. En un entorno digital tan dinámico como el actual, operar sin un monitoreo continuo es como navegar sin instrumentos: cualquier desvío puede convertirse en una crisis. Por ello, las empresas deben adoptar una cultura de medición constante y adaptación continua para asegurar su crecimiento y sostenibilidad.