Hola Olga
Conincido contigo. en lo que mencionas sobre la importancia de actuar con rapidez en entornos digitales resuena muchísimo conmigo. En mercados tan cambiantes, esperar a que “algo pase” antes de ajustar la estrategia es como en las películas de Tinker Bell cuando las hadas ignoran pequeñas señales del entorno… hasta que el problema se vuelve demasiado grande para detenerlo.
Me gustó especialmente tu punto sobre cómo la falta de evaluación puede desconectar a la empresa del cliente. Esa parte me recordó a Hada Mary revisando su ábaco en tiempo real: cada número le permite saber si todo marcha bien o si hay un desbalance que podría afectar a todo el valle. En las organizaciones ocurre lo mismo: sin esos “números mágicos”, las decisiones se basan más en intuición que en evidencia, y ahí es donde comienzan las caídas.
También comparto contigo que el monitoreo no solo evita errores: abre puertas. Tal como Tinker Bell cuando ajusta sus inventos una y otra vez hasta que funcionan, las empresas que revisan sus KPIs aprenden, afinan, evolucionan y terminan encontrando soluciones más creativas y efectivas.
Gracias por tu análisis, aportas una perspectiva muy clara sobre cómo la evaluación continua no es solo un mecanismo de control, sino un verdadero motor de mejora estratégica.
Conincido contigo. en lo que mencionas sobre la importancia de actuar con rapidez en entornos digitales resuena muchísimo conmigo. En mercados tan cambiantes, esperar a que “algo pase” antes de ajustar la estrategia es como en las películas de Tinker Bell cuando las hadas ignoran pequeñas señales del entorno… hasta que el problema se vuelve demasiado grande para detenerlo.
Me gustó especialmente tu punto sobre cómo la falta de evaluación puede desconectar a la empresa del cliente. Esa parte me recordó a Hada Mary revisando su ábaco en tiempo real: cada número le permite saber si todo marcha bien o si hay un desbalance que podría afectar a todo el valle. En las organizaciones ocurre lo mismo: sin esos “números mágicos”, las decisiones se basan más en intuición que en evidencia, y ahí es donde comienzan las caídas.
También comparto contigo que el monitoreo no solo evita errores: abre puertas. Tal como Tinker Bell cuando ajusta sus inventos una y otra vez hasta que funcionan, las empresas que revisan sus KPIs aprenden, afinan, evolucionan y terminan encontrando soluciones más creativas y efectivas.
Gracias por tu análisis, aportas una perspectiva muy clara sobre cómo la evaluación continua no es solo un mecanismo de control, sino un verdadero motor de mejora estratégica.