¡Hola Christian!

Te saludo con mucho gusto y me llamó muchísimo la atención tu aportación, porque tuve una experiencia casi idéntica y puedo entender perfectamente tu frustración inicial.

Te cuento: mi esposo tiene una tienda de refacciones de aviones online. Hace unos años, te soy sincera, estábamos totalmente desconectados de la tecnología y de lo rápido que había avanzado la era digital. Por eso, también contratamos a una persona (en mi caso, una excompañera de la universidad que hace páginas web) y, al igual que a ti, no nos entregó lo que prometió. El servicio fue pésimo; no recibimos ni el diseño del logo, ni el correo empresarial, ni los accesos completos de la página.

Esa mala experiencia, sin embargo, nos sirvió para darnos cuenta de la necesidad de evolucionar. Hoy en día, me he adentrado de lleno en la era digital. De hecho, tengo mi propio emprendimiento de venta de cursos online y ahora yo misma diseño mi página web, creo mis correos empresariales y llevo la gestión de mi CRM.

Me doy cuenta de que la tecnología ha avanzado tanto—y se ha vuelto tan accesible—que ya no necesitamos de terceros poco profesionales para empezar. La habilidad que nos queda como administradores es simplemente tener la disposición de evolucionar y de tomar el control de estas herramientas.

Me queda claro que la clave es la autonomía y la confianza en las tecnologías ya existentes.

¡Saludos!