Hola Alejandra, coincido contigo en la importancia de la gestión financiera como eje transversal, incluso en áreas como el desarrollo de software o la dirección de equipos. En ambos casos se administran recursos económicos y humanos, y la clave está en lograr eficiencia; es decir, estimar correctamente los costos de desarrollo, los tiempos de entrega y los recursos necesarios para que el proyecto sea rentable y sostenible.
Dentro del proceso administrativo, el control financiero forma parte de las fases de planeación y control. Las finanzas permiten medir la eficiencia de los recursos invertidos y garantizar que los objetivos se cumplan en tiempo y forma (Koontz y Weihrich, 2004). Al gestionar un proyecto tecnológico, controlar las estimaciones de tiempo, presupuesto y calidad es una forma directa de aplicar principios financieros: el costo de oportunidad, el flujo de efectivo y la rentabilidad esperada.
En los emprendimientos es primordial realizar un análisis de punto de equilibrio que indique a partir de qué nivel de ventas el negocio cubrirá los costos fijos y variables, sin generar pérdidas. Además, elaborar un presupuesto de inversión inicial y un flujo de efectivo proyectado permitirá anticipar escenarios, evaluar riesgos y tomar decisiones más acertadas.
El Informe sobre la Economía Digital 2024 de la UNCTAD menciona que la sostenibilidad financiera también implica considerar el uso eficiente de los recursos tecnológicos y energéticos, ya que la economía digital debe orientarse hacia modelos más circulares y responsables con el entorno. Esto conecta con la visión moderna de las finanzas: no solo generar valor económico, sino también promover un crecimiento sostenible.
Considero que, tanto en la gestión de proyectos tecnológicos como en un emprendimiento, las finanzas no se limitan al control del dinero; representan una herramienta estratégica para planear, medir y asegurar la viabilidad del negocio. Aplicar los principios financieros nos ayudará a optimizar recursos, anticipar riesgos y asegurar una operación sólida y sustentable.
Dentro del proceso administrativo, el control financiero forma parte de las fases de planeación y control. Las finanzas permiten medir la eficiencia de los recursos invertidos y garantizar que los objetivos se cumplan en tiempo y forma (Koontz y Weihrich, 2004). Al gestionar un proyecto tecnológico, controlar las estimaciones de tiempo, presupuesto y calidad es una forma directa de aplicar principios financieros: el costo de oportunidad, el flujo de efectivo y la rentabilidad esperada.
En los emprendimientos es primordial realizar un análisis de punto de equilibrio que indique a partir de qué nivel de ventas el negocio cubrirá los costos fijos y variables, sin generar pérdidas. Además, elaborar un presupuesto de inversión inicial y un flujo de efectivo proyectado permitirá anticipar escenarios, evaluar riesgos y tomar decisiones más acertadas.
El Informe sobre la Economía Digital 2024 de la UNCTAD menciona que la sostenibilidad financiera también implica considerar el uso eficiente de los recursos tecnológicos y energéticos, ya que la economía digital debe orientarse hacia modelos más circulares y responsables con el entorno. Esto conecta con la visión moderna de las finanzas: no solo generar valor económico, sino también promover un crecimiento sostenible.
Considero que, tanto en la gestión de proyectos tecnológicos como en un emprendimiento, las finanzas no se limitan al control del dinero; representan una herramienta estratégica para planear, medir y asegurar la viabilidad del negocio. Aplicar los principios financieros nos ayudará a optimizar recursos, anticipar riesgos y asegurar una operación sólida y sustentable.
